Seguridad alimentaria y desperdicio: las implicaciones

La escasez es una cantidad insuficiente de alimentos para cubrir las necesidades de toda una población . Como resultado, amenaza la seguridad alimentaria de las personas. La FAO define esta seguridad alimentaria como «la garantía del acceso físico y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos».
La escasez afecta actualmente a varios alimentos esenciales, como el trigo. Una ola de calor ha afectado las cosechas de trigo en Canadá y Europa. Se estima que, en 2021, la producción mundial de trigo disminuyó en 13 millones de toneladas. En Europa, las fuertes lluvias están provocando una caída drástica de las cosechas: se esperan 7,3 millones de toneladas, frente a una necesidad de 9,5 millones.
Además, la escasez de trigo ha provocado un aumento de los precios, haciéndolos más atractivos para algunos agricultores, quienes prefieren producir más trigo que hortalizas. Estas últimas también se han visto afectadas por fenómenos climáticos, lo que ha provocado una producción decepcionante.
Finalmente, la escasez de alimentos afecta a la industria pesquera, que se explota de forma insostenible. De hecho, el 88 % de los peces están sobreexplotados, en peligro de agotamiento o ya están agotados. Puede encontrar un artículo sobre los impactos negativos de la sobreexplotación aquí
Según la FAO, la seguridad alimentaria es el acceso de toda persona, en todo momento, a alimentos suficientes para una vida activa y sana.
En 2020, 811 millones de personas padecieron hambre. La inseguridad alimentaria afecta no solo a los países en desarrollo, sino también a países desarrollados como Francia. De hecho, 3,5 millones de personas en Francia padecen inseguridad alimentaria.
Esta inseguridad puede tener diferentes orígenes y afecta a una población diversa, como hogares monoparentales, hogares con bajos ingresos o personas con empleos precarios. Estas cifras están aumentando, y la inflación está agravando la inseguridad alimentaria en Francia y en todo el mundo.
Según la FAO, a nivel de producción, la reducción de las pérdidas pre y post cosecha es el comienzo de la reducción del costo de los alimentos nutritivos, y este menor precio puede aumentar el acceso de las poblaciones a los alimentos.
Esto también puede aplicarse a nivel de consumidor, tanto en los hogares como en la restauración. Reducir las pérdidas y el desperdicio puede generar ahorros significativos anualmente. De hecho, el coste del desperdicio de alimentos en Francia asciende a 16 000 millones de euros al año.
Adoptar un sistema alimentario más sostenible y reducir el desperdicio en un 50 % en todos los niveles de la cadena de suministro generaría un ahorro de 8 000 millones de euros al año, lo que promovería la seguridad alimentaria en Francia.
Según Statista, los sectores de la restauración y el hogar generan la mayor parte de los residuos en Francia, seguidos de cerca por la producción. Para fortalecer la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, se necesita innovación para garantizar la eficiencia de las iniciativas de reducción de residuos.
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